Diabetes tipo 1: En este tipo de diabetes el cuerpo no produce insulina, por lo que se hace necesaria su administración. Es de origen genético, se presenta en niños y adolescentes y no puede prevenirse.
Diabetes tipo 2: Se caracteriza por una alteración en la función de la insulina, generalmente causada por resistencia a la insulina durante un periodo prolongado, debido a un estilo de vida poco saludable y factores genéticos. Suele presentarse después de los 40 años y puede ser controlable.
Diabetes gestacional: Ocurre durante el embarazo y se presenta en mujeres que antes del embarazo no tenían diabetes. Se debe a cambios hormonales durante el embarazo que pueden afectar la acción de la insulina.
Antes de que se desarrolle la diabetes, el cuerpo puede presentar resistencia a la insulina, lo que dificulta estabilizar la glucosa y obliga a producir más insulina, perjudicando esta función.
Para prevenirla, es clave prestar atención a la cantidad de alimentos con azúcares y harinas refinadas que consumís y reemplazarlos por alimentos con fibra (como harina integral, cereales, frutas, verduras y legumbres), ayudando así a evitar picos de glucosa. También es importante realizar ejercicio.
Señales a las que comenzar a prestar atención:
Los factores de riesgo son: